Tuesday, February 19, 2013

Bicarbonato de sodio ¿la Kriptonita del Cáncer?

Un Aliado Insospechado. En tú botiquín puedes encontrar la Kryptonita para el Cáncer.

¿Quién lo diría? El humilde y baratísimo bicarbonato de sodio, según las más recientes y sorprendentes investigaciones, DETIENE y CURA el cáncer. Y no sólo eso: Alivia de manera muy importante los efectos secundarios tan negativos de la quimioterapia. Así es: Los especialistas convencionales, que forman parte consciente o inconscientemente del aparato financiero más depredador de la historia, el complejo industrial farmacéutico-médico, siguen convencidos de que el cáncer es un misterio impenetrable. La “solución” de la medicina organizada para el cáncer reside en tres procedimientos muy riesgosos y altamente invasivos: cirugía, quimioterapia y radiación, cercenar, envenenar o quemar como afirma la doctora Lanctoc.

La Solución Puede Estar en el Botiquín de tu Baño. En su libro, “Winning the War on Cáncer” (“Ganado la Guerra al Cáncer”), su autor, el Dr. Mark Sircus, aborda el tema del bicarbonato de sodio y afirma que este sencillo compuesto ayuda a salvar innumerables vidas cada día. El bicarbonato de sodio es el método conocido desde antaño para acelerar el retorno a la normalidad de los niveles de bicarbonato en el cuerpo. Y es también, la más barata, segura, y quizás la más efectiva medicina en existencia para el cáncer. El bicarbonato de sodio le da al cuerpo una forma natural de quimioterapia que efectivamente mata las células cancerígenas, sin los demoledores efectos secundarios y costos de los tratamientos de quimioterapia convencionales.

¿Y sabes cuál es el problema para que los médicos receten este milagroso remedio? Que es muy, muy barato. Dado que nadie se puede enriquecer ni hacer montones de dinero con algo tan simple, por tanto, nadie lo promueve. Así de sencilla y así de brutal es la realidad.

Existen Opciones efectivas y seguras para Tratar el cáncer. Y aún así, probablemente hasta hoy no habías oído de ellas, porque son sencillas y baratas, y por lo tanto, carecen del soporte para ser investigadas y publicadas.

El Dr. Simoncini explica: “En un futuro -espero que sea pronto- estoy convencido de que será posible tratar y curar cualquier tumor en un plazo de 15 a 30 días, ya sea con una píldora o una inyección en la mañana y en la noche, cuando haya una investigación farmacológica enfocada. Pero, por lo pronto, ahora tenemos que conformarnos y trabajar con lo que tenemos.”  El Dr. Simoncini se refiere al bicarbonato de sodio.
La comunidad médica convencional le ha volteado la espalda al Dr.Simoncini y a otros colegas suyos, porque él, como un honesto oncólogo que es –especialista en cáncer – se ha rehusado a usar los métodos convencionales, decidiendo administrar a sus pacientes bicarbonato de sodio, con un impresionante éxito en el 99 por ciento de los casos de cáncer de seno. Y el cáncer de vejiga se puede curar en tan solo seis días, por completo, sin cirugía, sin quimio ni radioterapia, usando tan sólo un aparato local de infiltración (similar a un catéter) para infundir el bicarbonato de sodio directamente al sitio infectado sea en el seno o en la vejiga.

 

¿Y sabes por qué es tan eficaz y rápido el bicarbonato de sodio?

Porque el cáncer parece ser causado por una severísima infestación de hongos en los órganos internos, permitida por una baja en el sistema inmunológico, sea por déficit de vitamina B17, problemas emocionales mal manejados, o una suma de todo. Pero la buena noticia es que ¡hay solución para ello!

 

Las Farmacéuticas: Pillos pero no Tontos

Tanto saben las farmacéuticas que el bicarbonato de sodio aplicado a los tumores acaba por desaparecerlos rápidamente, que muchos de los tratamientos de quimioterapia incluyen actualmente el bicarbonato de sodio, con el pretexto de que “ayuda” a proteger los riñones, el corazón y el sistema nervioso del paciente. Y ha sido ya determinado que el administrar quimioterapia sin el bicarbonato puede matar al paciente ahí mismo.
Así, cuando escuchamos ahora los “éxitos” de la quimioterapia -sobre todo con reportajes en televisión y cable de celebridades curándose milagrosamente-, lo que no se nos informa es que es precisamente el bicarbonato de sodio el que está actuando, no sólo para detener las metástasis y curar el cáncer, sino también para disminuir al mínimo los nocivos efectos secundarios de los temibles venenos tóxicos de la quimioterapia.

El Dr. Sircus así lo asegura.  “No existe estudio alguno que separe los efectos curativos del bicarbonato de sodio de los agentes tóxicos de la quimioterapia… ni los habrá…”dice resignadamente el doctor.

 

El Factor Emocional

Desde hace tiempo se sabe que la angustia o ansiedad extremas -pérdida del ser amado, fracaso en las metas fijadas, dilemas existenciales, traumas morales o emocionales, etc.- pueden desencadenar toda una serie de males físicos -migrañas, hipertensión, baja del sistema inmunológico, etc- llegando hasta el cáncer. Y esto es lógico: Si no hubiera una baja en el sistema inmunológico, sea esta repentina o crónica, no hubiera manera en que los hongos, que según estudios recientes citados en el video que pusimos arriba son los que causan el cáncer, pudiera proliferar al grado de poner en riesgo la vida.

 

¿Cómo revertir el proceso?

Yendo al origen del problema: Simultáneamente a la aplicación por sonda directamente sobre el o los tumores, se recomienda una dieta rica en
vitamina B17, que se encuentra sobre todo en las semillas, almendras, pepitas de papaya o de sandía, desecadas y pulverizadas.

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Dr. Luis Fernando Araiza Soto
MEDICINA BIOLOGICA-HOMOTOXICOLOGIA
POSTGRADUATE
THE BRITHISH INSTITUTE OF ALTERNATIVE MEDICINE
REGISTRATION No 2546921, LONDON ENGLAND
TEL. 01(33) 36-84-50-36 FAX. 01(33) 36-84-27-82
Av.DE LOS LEONES #121
CD. BUGAMBILIAS ZAPOPAN,JAL. C.P 4523

Años después de estar diciendo a la gente que la quimioterapia es la única manera de tratar y eliminar el cáncer, John Hopkins Hospital finalmente comenzó a decirnos que hay otra alternativa.


CANCER POR JOHN HOPKINS HOSPITAL

1) Cada persona posee células cancerígenas en el cuerpo. Estas células cancerígenas no aparecen en los pruebas standard hasta que se multiplican en algunos billones. Cuando los doctores dicen a sus pacientes con cáncer que ya no encontraron células de cáncer en sus cuerpos después de tratamiento, esto significa que los exámenes no pueden detectar estas células en su tamaño detectable.

2) Las células cancerígenas aparecen entre 6 y hasta más de 10 veces en la vida de una persona.

3) Cuando el sistema inmunológico de una persona es fuerte, este destruye las células cancerígenas y previene su multiplicación y la formación de tumores.

4) Cuando una persona tiene cáncer, esto indica que tiene múltiples deficiencias nutricionales. Esto puede ser genético, ambiental, alimenticio o factores del estilo de vida.

5) Una forma de combatir la múltiple deficiencia nutricional, es cambiando la dieta e incluir suplementos alimenticios que refuercen el sistema inmunológico.

6) La quimioterapia consiste en envenenar células cancerígenas de rápido crecimiento, pero esto implica que se envenenan también células sanas de rápido crecimiento en la médula ósea, tracto intestinal, etc., y pueda causar daño a órganos como el hígado, riñones, corazón, pulmones, etc..

7) La radioterapia mientras destruye células cancerígenas, quema, deja cicatrices y daña células sanas, tejido y órganos.

8) Los tratamientos iniciales con quimioterapia y radioterapia frecuentemente reducen el tamaño de los tumores. Sin embargo, el uso prolongado de quimioterapia y radiación resulta en no más destrucción de tumores.

9) Cuando el organismo se llena de demasiada carga tóxica proveniente de quimioterapia y radiación, el sistema inmunológico se ve comprometido o se destruye, por lo tanto la persona puede sucumbir a diferentes tipos de infecciones y complicaciones.

10) La quimioterapia y la radiación, pueden causar que las células cancerígenas muten y se vuelvan resistentes y su destrucción se dificulte La cirugía puede también causar que las células cancerígenas se propaguen a otros sitios.

11) Una manera de combatir el cáncer, es dejar que las células cancerígenas se mueran de hambre, al no ser alimentadas con comida que necesitan para su multiplicación.

CELULAS CANCERIGENAS SE ALIMENTAN DE:

a) El Azúcar es alimentadora del cáncer. Cortando el azúcar se corta con un importante suplemento alimenticio para el cáncer. Sustitutos del azúcar como NutraSweet, Equal, Spponful, etc. están hechos con Aspartame y este es muy dañino. Un mejor substituto natural puede ser la miel de abeja, pero en una pequeña cantidad. La sal de mesa contiene químicos que la hacen de color blanco. Una mejor alternativa es la sal de mar.

b) La leche causa que el cuerpo produzca mucosa, especialmente en el tracto gasto-intestinal. El cáncer se alimenta de mucosa. Cortando la leche y sustituyéndola por Leche de Soya sin azúcar, las células cancerígenas comienzan a morir de hambre.

c) Las células cancerígenas prosperan en ambientes ácidos. Una dieta basada en carne es alta en ácido, lo mejor es comer pescado y algo de pollo que comer carne de res o cerdo. La carne también contiene antibióticos, hormonas y parásitos, lo cual es muy dañino, especialmente en gente con cáncer.

d) Una dieta hecha de 80% de vegetales frescos y jugos, granos, semillas, nueces y algo de fruta, ayuda a poner el cuerpo en un ambiente alcalino. El 20% restante puede ser hecho de comida cocinada incluyendo frijoles. El jugo de vegetales frescos (jugo de zanahoria obtenido con un extractor, fortalece el sistema inmunológico) provee enzimas vivas que son rápidamente absorbidas y pueden alcanzar niveles celulares en 15 minutos que nutren y aumentan el crecimiento de células sanas. Para obtener enzimas vivas que construyan células sanas, trata de tomar jugo de vegetales frescos y comer algunos vegetales crudos de 2 a 3 veces al día. Las enzimas se destruyen a temperaturas de 40 grados centígrados.

e) Evita el café, té y chocolate, que contenga alta cafeína. El green tee es una mejor alternativa y tiene propiedades que luchan en contra del cáncer. Toma agua purificada o de filtro, el agua del grifo contiene tóxicos y altos niveles de metal. El agua destilada es ácida, evítala.

f) La proteína en la carne es difícil de digerir y requiere muchas enzimas digestivas. La carne sin digerir permanece en el intestino y se pudre convirtiéndose en más residuos tóxicos.

g) Las paredes de las células cancerígenas están cubiertas de resistente proteína. Comiendo menos carne se liberan más enzimas que atacan a las paredes de proteína de las células cancerígenas y permite que el cuerpo produzca células que matan a las células con cáncer. Algunos suplementos ayudan a reconstruir el sistema inmunológico (IP6, Essiac, antioxidantes,vitaminas, minerales, EFAs, etc.).

IMPORTANTE
1) El cáncer es una enfermedad de la mente, el cuerpo y el espíritu. Un espíritu positivo ayuda al enfermo de cáncer a sobrevivir. La ira, el rencor y el resentimiento pone al cuerpo en un ambiente ácido y de tensión. Aprende a ser comprensivo, vive y deja vivir y no quieras que los demás vivan y piensen como tú, porque ellos no son tú. Cada uno es libre de vivir según sus creencias. La aceptación libera tensión. Aprende a relajarte y a disfrutar la vida.

2) Las células de cáncer no prosperan en un ambiente oxigenado. Haciendo ejercicio diario y respirando profundo ayuda a llevar oxigeno al nivel de las células. La terapia de oxigeno es otra manera utilizada para combatir las células de cáncer.

El John Hopkins Hospital hace las siguientes recomendaciones:

1.-No usar recipientes de plástico en el microondas.
2.- No colocar botellas de agua en el congelador.
3.- No usar envolturas de plástico sobre recipientes en el microondas.

Las botellas de plástico, cuando se calientan, liberan dioxinas. Beber agua de filtros purificadores.
Al calentar el plástico en el microondas o poniéndolo en el congelador, se liberan dioxinas.
Las dioxinas son un químico que produce cáncer, especialmente cáncer de seno.
Las dioxinas envenenan las células de nuestro cuerpo.

Esta información, a su vez, ha estado circulando en Walter Reed Army Medical Center.

Recientemente, el Dr. Edward Fujimoto, director del programa Wellness en el Hospital Castle, estuvo en un programa de televisión donde explicó los riesgos para la salud. El habló de las dioxinas y lo malas que estas son para nosotros. Dijo que no debemos calentar nuestra comida en el microondas usando recipientes de plástico.

Esto aplica especialmente a los alimentos que contienen grasa. El dijo que la combinación de grasa, alta temperatura y plásticos, liberan dioxinas que van a los alimentos y por último, éstas entran a nuestro cuerpo.

El recomienda usar recipientes de vidrio, tal como corning ware, pyrex o cerámica para calentar la comida.

También dijo que se obtienen los mismos resultados pero sin la dioxina. Las comidas instantáneas que aparecen en televisión, sopas maruchan o instant, ramen, etc.; deben ser removidas de los plásticos contenedores y calentarlas en recipientes de vidrio.

Señaló que el papel no es malo, pero tú no sabes lo que contiene el papel. Lo más recomendable es usar vidrio templado, corning ware, etc.. Hace tiempo en algunos restaurantes de comida rápida se sustituyeron los contenedores de hielo seco (foam) por papel. La razón es por los problemas de la dioxina.

También señaló, que cubrir los recipientes con plástico, es tan peligroso cuando se colocan sobre los alimentos para ser calentados en el microondas. Las altas temperaturas causan que peligrosas toxinas se derritan del plástico y caigan en la comida. El recomienda usar servilletas de papel en su lugar.

BONDADES DEL LIMÓN


El Limón (Citrus limonun Risso, Citrus limon (L.)  Burm., Citrus medica)  es un producto milagroso para matar las  células cancerosas.  Es 10,000 veces más potente que la quimioterapia.  ¿Por qué no estamos enterados de ello?  Porque  existen organizaciones interesadas en encontrar una versión sintética, que  les permita obtener fabulosas utilidades.  Así que de ahora en adelante   usted  puede ayudar a un amigo que lo necesite, haciéndole saber que le  conviene beber jugo de limón  para prevenir la enfermedad.  Su  sabor es agradable. Y por supuesto no  produce los horribles efectos de la quimioterapia.  Y sí tiene la  posibilidad de hacerlo, plante un árbol de limón en su patio o jardín.   Todas  sus  partes son útiles. 

La próxima vez que usted quiera beber un jugo, pídelo de limón natural  sin preservantes. 

¿Cuántas personas mueren  mientras este secreto ha estado celosamente guardado para no poner en riegos las utilidades multimillonarias de grandes corporaciones?

Como usted bien lo sabe el árbol de limón es bajo. No ocupa mucho  espacio,  Se le conoce con el nombre de Limonero, limón, lima, limoeiro  (gal.), llimoner (cat.), limoiaritz (eusk.).

La fruta es un cítrico que viene en diferentes presentaciones su pulpa  se la puede comer directamente o se la emplea normalmente, para elaborar bebidas, sorbetes, dulces etc. 


El interés  de esta planta se debe  a sus fuertes efectos anti cancerígenos.   Y aunque se  le atribuyen  muchas más propiedades,  lo más interesante de ella es el efecto que produce  sobre los quistes y los tumores. Esta planta es un remedio  de cáncer probado para los cánceres de todos los tipos.  Hay quienes afirman que es  de gran utilidad en todas las variantes del cáncer.

Se la considera además como  un agente anti-microbial de amplio  espectro contra las infecciones bacterianas y por hongos;  es eficaz contra los parásitos internos  y  los gusanos, regula la tensión arterial alta y es antidepresiva, combate   la tensión y los desórdenes nerviosos. 

La fuente de esta información es fascinante: procede de uno de los fabricantes de medicinas más grandes del mundo,  quien  afirma que después de más de 20 pruebas  de laboratorio, realizadas a  partir de 1970 los extractos revelaron que:

Destruye las células  malignas en 12 tipos de cáncer, incluyendo el de colon, de pecho, de próstata, de pulmón y del  páncreas… 

Los compuestos de este  árbol demostraron actuar  10,000 veces  mejor retardando el crecimiento de las células de cáncer que  el  producto  Adriamycin, una droga quimioterapéutica, normalmente usada en  el mundo.  

Y lo que es todavía más asombroso: este tipo de terapia,  con el  extracto  de limón, destruye tan  sólo las malignas células  del cáncer y no afecta  las células sanas.  

Instituto de Ciencias de la Salud, L.L.C. 819 N. Charles Street Baltimore,  MD  1201

El bicarbonato de sodio ralentiza el declive del funcionamiento renal



Según un estudio
El bicarbonato de sodio ralentiza el declive del funcionamiento renal
   Una dosis diaria de bicarbonato sódico, como el que se usa para los dulces, la limpieza, la indigestión o las quemaduras solares, ralentiza el declive de la función renal en algunos pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) avanzada, según un estudio del Hospital Real de Londres en Reino Unido que se publica en la revista 'Journal of the American Society of Nephrology'.
   Según explica Magdi Yaqoob, director del estudio, "este barato y sencillo método también mejora el estado nutricional de los pacientes y tiene el potencial de traducirse en beneficios económicos, de calidad de vida y clínicos".
   En el estudio participaron 134 pacientes con enfermedad renal crónica y bajos niveles de bicarbonato, lo que también se denomina acidosis metabólica. Un grupo de ellos recibió una pequeña cantidad diaria de bicarbonato sódico en forma de tabletas junto a sus tratamientos habituales. En este grupo, la tasa de declive del funcionamiento renal se redujo en gran medida, alrededor de dos tercios menos.
   "En realidad, en los pacientes que toman el bicarbonato de sodio, la tasa de declive en el funcionamiento renal fue similar al declive normal asociado a la edad", añade Yaqoob.
La progresión rápida de la enfermedad renal se produjo en sólo el 9 por ciento de los pacientes que tomaron bicarbonato de sodio en comparación con el 45 por ciento del otro grupo. Los pacientes que tomaban el bicarbonato también eran menos propensos a desarrollar la enfermedad renal en fase final que requiere diálisis.
   Según los investigadores, los pacientes que tomaban el bicarbonato también mejoraron en varias medidas de nutrición. Aunque sus niveles de sodio subieron, esto no llevó a ningún problema de aumento de la presión sanguínea.
   Los niveles bajos de bicarbonato son comunes en los pacientes con enfermedad renal crónica y pueden conducir a una amplia variedad de problemas. "Esta es el primer estudio controlado aleatorio de su clase. Un remedio simple como el bicarbonato de socio, cuando se utiliza de forma apropiada, puede ser muy eficaz", concluye Yaqoob.
   Los investigadores señalan que su estudio contó con algunas limitaciones ya que con existió grupo placebo y los científicos sabían qué pacientes tomaban el bicarbonato sódico. "Nuestros resultados necesitarán de una validación en un estudio multicéntrico", añade el investigador.
Por: Erupapress.es
17/07/2009

Saturday, January 19, 2013


Suplementos de vitamina D mejoran la salud



WWW.BBC.CO.UK
Expertos piden que todos los grupos en riesgo, incluidos los niños, reciban suplementos de vitamina D cuya deficiencia está vinculada a muchas enfermedades.
El Real Colegio de Pediatría y Salud Infantil (RCPCH) en el Reino Unido señala que los suplementos, que son muy baratos, deben agregarse a la leche y el pan para fortalecer la salud de estas personas.
En muchos países, como Estados Unidos, Canadá y Finlandia, se suplementan ya estos productos.
Pero el RCPCH afirma que hay una enorme falta de conscientización sobre las deficiencias de la vitamina D y la variedad de enfermedades que pueden prevenirse entre los niños.
El Colegio está lanzando una campaña en el Reino Unido para asegurar que todas las mujeres embarazadas, las que están amamantando, los niños de entre seis meses y cinco años y los adultos mayores de 65 años tomen suplementos en la cantidad recomendada.
Se piensa que en el Reino Unido la mitad de la población blanca y hasta 90% de la población asiática y negra en el país están afectadas por deficiencias de vitamina D.
Los primeros signos de esta falta del nutriente incluyen dolor muscular y de huesos e inflamación de las muñecas y costillas. La deficiencia de vitamina D está asociada a una mayor incidencia de diabetes, tuberculosis, esclerosis múltiple y raquitismo, una enfermedad que provoca que los huesos se debiliten y deformen. El nutriente se obtiene principalmente con la luz solar y en algunos alimentos como pescado graso, huevos y champiñones.
“Sabemos que la situación con la vitamina D es un problema creciente y los estudios revelan que hay altos niveles de deficiencia vitamínica entre ciertos grupos, incluidos los niños”, explica a la BBC el profesor Mitch Blair del Rcpch.

Sunday, December 23, 2012

Para aclarar el enigma de la vitamina D

La mayoría de nosotros sabemos que para mantenernos en buena salud necesitamos comer una dieta saludable que incluya vegetales, granos, proteínas y algo de grasas. Sin embargo, en esta época de comidas rápidas y de dejar de comer, muchos de nosotros también tomamos suplementos para asegurarnos de recibir la mínima cantidad requerida de vitaminas y minerales esenciales, nutrientes necesarios en sólo muy pequeñas cantidades, para evitar enfermedades y conservarnos en óptima salud.
El primero de estos así llamados micronutrientes se descubrió hace algo más de un siglo, a raíz de investigaciones sobre la causa de enfermedades como el escorbuto (scurvy), beriberi y raquitismo (rickets). El artículo a continuación trata sobre las idas y venidas que finalizaron en el descubrimiento y conocimiento de uno de estos nutrientes: la vitamina D, una sustancia que ocurre espontáneamente en sólo unos pocos alimentos, y que también se produce en la piel cuando un material precursor interactúa con los rayos ultravioleta cortos del sol. Sin los niveles apropiados en la sangre de 1,25-dihidroxivitamina D3, el metabolito activo de la vitamina D, el organismo no puede absorber ni utilizar el calcio dietario esencial para funciones vitales tales como la señalización electroquímica entre las células cerebrales. Cuando el calcio dietario y el mineral fósforo no son absorbidos debidamente por el intestino, el organismo tampoco puede desarrollar huesos fuertes. En los niños, la deficiencia de vitamina D produce la anteriormente común enfermedad de raquitismo, que deja sus marcas en forma de piernas arqueadas y costillas deformadas para toda la vida. En los adultos, el resultado es la enfermedad de los huesos llamada osteoporosis.
Hoy en día, cuando un creciente número de “Baby Boomers” celebran sus cincuenta o más años de edad, la inquietud sobre huesos quebradizos y fracturas asociadas al avance de su edad motiva una renovada atención a la vitamina D. Los investigadores están aprendiendo más y más que la vitamina D es esencial para mantener una buena salud y evitar enfermedades, no sólo durante los años críticos del crecimiento durante la niñez sino durante toda la vida. Investigaciones recientes muestran que la insuficiencia de vitamina D puede ser, en las palabras de un investigador, “una epidemia no reconocida” entre mujeres y hombres de edad madura y mayores. Además de afectar el desarrollo de los huesos, los científicos han encontrado que la vitamina D y el calcio pueden afectar a enfermedades tan distintas como el cáncer del colon, esclerosis múltiple, síndrome de tensión premenstrual, psoriasis, hipertensión arterial y depresión.
Una de las razones por las cuales la vitamina D dejó perplejos a los científicos por muchos años, fue que inicialmente se le identificó como una vitamina tradicional, o sea, una sustancia esencial que nuestros organismos no pueden producir sino que solamente puede provenir de nuestros alimentos. Pero, a diferencia de oligoelementos dietéticos esenciales como las vitaminas A, B y C, que los seres humanos deben obtener directamente de los alimentos, la vitamina D se puede producir en el cuerpo por medio de una reacción fotosintética al exponerse la piel a la luz del sol. Sin embargo, lo resultante es solamente una sustancia precursora que debe realizar dos transformaciones, primero en el hígado y luego en el riñón, para convertirse en la sustancia biológicamente activa que utiliza el organismo. Esta forma activa de la vitamina D es una hormona, químicamente relacionada a las hormonas esteroides familiares, como las reguladoras de testosterona y estrógeno y el regulador de estrés, el cortisol.
Como se ve en esta imagen de rayos X, los huesos de un niño con raquitismo, que evita la conversión de cartílago suave a hueso saludable, se doblan bajo el creciente peso del niño. (Michael R. Richardson, Departamento de Radiología de la University of Washington
Cómo se logró un claro entendimiento de la naturaleza multifacética de la vitamina D y el papel que juega en el organismo, especialmente respecto a su relación al calcio, fue consecuencia de tres diferentes modos de investigación. Los investigadores originales se interesaron en las causas y la prevención de enfermedades específicas como el escorbuto, beriberi y raquitismo. Separadamente, los científicos estaban examinando la forma cómo los constituyentes primarios de los alimentos (proteínas, grasas, carbohidratos, sales y el agua) afectaban la salud y el desarrollo. Estos dos frentes de trabajo se fusionaron para producir el concepto de vitaminas, un micronutriente esencial de los alimentos, y así establecer que la deficiencia de vitaminas puede causar enfermedades. Esto permitió que la deficiencia de vitamina D se reconociese como la causa del raquitismo. Pero muchos aspectos de esta “vitamina” permanecieron desconcertantes, ya que era una hormona cuya forma activa es producida por nuestros cuerpos como resultado de señales reguladoras. El entendimiento de la hormona de la vitamina D y sus funciones en la fisiología humana requerirían el conocimiento y los mecanismos de una tercera fase de investigación que habían desarrollado químicos orgánicos que analizaban esteroles, los alcoholes esteroides (como el colesterol) que se encuentran en las grasas animales y vegetales. Así como la imagen en un tapiz se forma tejiendo muchos hilos, las ideas que surgieron de cada modo de investigación eventualmente formaron un patrón que resolvió el enigma de la vitamina D.
El primer indicio concreto de que una deficiencia dietética podría causar enfermedades, apareció en 1754. Ese año el cirujano naval escocés James Lind demostró que el escorbuto, esa dolorosa y algunas veces fatal pesadilla de los marineros durante largas travesías marítimas no sólo se podía curar, sino evitarse con el jugo de naranjas, limones y limas agrias (limes). A finales del siglo dieciocho, los marineros ingleses (a quienes pronto se les conoció como “Limeys”), ya cosechaban el beneficio del descubrimiento de Lind.
Mientras tanto, el inicio de la revolución industrial en Inglaterra a finales de los años 1700, introdujo un nuevo flagelo: el raquitismo. La enfermedad propiamente dicha fue descrita primero por los médicos a mediados de los años 1600, pero era relativamente poco común. Sin embargo, para el siglo diecinueve, con más y más familias emigrando de la vida rural al trabajo en las fábricas de las ciudades industriales llenas de niebla tóxica, el raquitismo se convirtió en una plaga en toda Europa. Los síntomas de la enfermedad eran inconfundibles. Los huesos de los bebés afectados eran blandos, como cartílagos, y los bebés tardaban en sentarse, gatear y caminar. Al crecer los niños, sus huesos blandos se doblaban bajo el peso adicional, dejando a los niños con las obvias marcas del raquitismo: pechos salientes, piernas arqueadas, o rodillas patizambas. Los niños raquíticos (o sea, con raquitismo), también sufrían de tetania: espasmos dolorosos de las manos, los pies y la laringe, incluso con dificultad para respirar, náusea y convulsiones. Esta condición, que más adelante se encontró que se debía a una insuficiencia sintomática de calcio, a menudo era tan grave, que los niños morían.
Durante el siglo diecinueve, se escucharon reportes de casos esporádicos de curas para el raquitismo, pero de poca eficacia. En 1882, por ejemplo, un médico polaco observó que los niños en Varsovia padecían de raquitismo grave mientras que la enfermedad era prácticamente desconocida en las zonas rurales cercanas a la ciudad. Después de experimentar con ambos grupos, concluyó que los baños de sol curaban el raquitismo. Cinco años más tarde, un investigador francés reportó curaciones entre aquellos a quienes se les administró el remedio casero, aceite de hígado de bacalao. Ninguno de estos tratamientos logró captar mucha atención, en parte porque el entendimiento médico popular era de que la gente solamente necesitaba suficientes cantidades de los llamados macronutrientes, proteínas, grasas y carbohidratos, para mantenerse saludable. Sin embargo, investigadores que estudiaron las causas de enfermedades como la pelagra y el beriberi empezaron a sospechar que los macronutrientes podrían no ser toda la solución y que, en realidad, había más sobre los alimentos comunes de lo que aparentaba ser.
A finales de los 1880, el médico holandés Christiaan Eijkman fue enviado a las Indias Orientales (ahora Indonesia) para estudiar la razón de la generalización del beriberi en esa región. Eijkman observó que las gallinas en su laboratorio de Jakarta tenían síntomas de una enfermedad de los nervios (polineuritis) sumamente parecida a los del beriberi, incluyendo debilidad muscular, degeneración de los nervios y parálisis. Entonces empezó una serie de experimentos para intentar localizar un organismo culpable, que asumió fuera la causa. (Como muchos de sus contemporáneos, Eijkman estaba influenciado por el trabajo de Louis Pasteur y creía que el beriberi era causado por una bacteria.)
El médico holandés Christiaan Eijkman demostró la relación entre la deficiencia de la nutrición y la enfermedad, basado en sus estudios del beriberi en Indonesia a finales del siglo diecinueve, trabajo por el cual recibió el Premio Nobel de 1929 por Fisiología o Medicina. (La Fundación Nobel)
Este intento de Eijkman no tuvo éxito pero, en 1897, logró establecer algo más significativo. Mostró que las gallinas contrajeron una polineuritis parecida al beriberi poco tiempo después de cambiarles el alimento a arroz pulido, o sea, arroz al que se le ha quitado la cascarilla. También demostró que añadiendo al alimento de las gallinas los salvados del arroz (lo que se quitó al pulirlo), se podía curar la enfermedad.
Más adelante, Eijkman y su sucesor, Gerrit Grijns, utilizaron agua o etanol para extraer el misterioso factor antineurítico de las cáscaras del arroz. “En la cascarilla del arroz existe una sustancia diferente a las proteínas y las sales,” escribieron los dos investigadores en 1906, “que es indispensable para la salud y cuya ausencia produce la polineuritis nutricional.”
En 1926, B. C. P. Jansen y W. Donath, dos químicos holandeses que trabajaban en el antiguo laboratorio de Eijkman en Jakarta, cristalizaron el factor antineurítico soluble en agua, ahora llamado vitamina B1, o tiamina, del salvado del arroz.
Poco después del inicio del siguiente siglo, otro investigador también llegó a creer en la existencia de ciertos “factores alimenticios complementarios”. El biólogo inglés Sir Frederick Gowland Hopkins desarrolló este concepto durante el curso del trabajo que empezó con su descubrimiento del aminoácido triptófano en 1901. Basado en las técnicas desarrolladas durante su investigación, Hopkins pasó a realizar una serie de experimentos, ahora ya clásicos, que demostraron que los alimentos integrales (opuestamente a las formas refinadas de proteínas, grasas y carbohidratos), contienen ciertos componentes desconocidos, esenciales para la salud y el crecimiento.
El bioquímico Casimir Funk, cuyo propio trabajo le condujo a creer que estos factores eran aminas (compuestos derivados del amoniaco), sugirió que se les llamara “aminas vitales” o “vitaminas” (vitamines, en inglés). Más adelante se eliminó la “e” [del nombre en inglés] cuando los científicos se dieron cuenta de que estos diversos nutrientes tienen propiedades químicas y funciones diferentes, y que muchos pueden no contener alguna amina. Hopkins y Christiaan Eijkman, en reconocimiento tardío de su trabajo fundamental con beriberi, compartieron más adelante el Premio Nobel de 1929 de fisiología o medicina por el descubrimiento de los esenciales factores nutritivos.
Aproximadamente al mismo tiempo que Hopkins demostraba la existencia de vitaminas, otros científicos investigaban los efectos de diferentes dietas sobre la salud de animales de experimentación. Durante las siguientes dos décadas, ellos identificaron un número de vitaminas, demostrando una y otra vez que estos nutrientes esenciales no están distribuidos igualmente en los alimentos que comemos.
Por ejemplo, en 1913 los investigadores Elmer McCollum y Marguerite Davis, de Wisconsin, descubrieron una sustancia complementaria liposoluble [soluble en grasas]. Dando a ratas una dieta de distintos alimentos y observando sus efectos en el desarrollo y la salud de los animales, McCollum y Davis encontraron que la nueva sustancia estaba presente en la yema de huevo y la grasa de mantequilla, pero no en la manteca y otras grasas. Llamaron “vitamina A liposoluble” al factor nutritivo. Estos científicos mostraron además, que la vitamina A en la dieta evita la ceguera nocturna y una enfermedad de los ojos llamada xeroftalmia. Independientemente, el equipo de L. B. Mendel y T. B. Osborne publicaron resultados similares pocas semanas después.
Para esta época, muchos estudios ya habían puesto atención nuevamente en el raquitismo, que continuaba siendo un grave problema en Escocia y otras partes del norte de Europa. Algunos científicos que enfocaron el problema desde otro punto de vista, encontraron la casi olvidada información respecto a la efectividad de la luz del sol. En 1892, el científico británico T. A. Palm encontró una relación entre la distribución geográfica del raquitismo y la proporción de luz solar en la región. En 1913, H. Steenbock y E. B. Hart, de la University of Wisconsin, lograron una relación más cercana al mostrar que cabras en producción de leche mantenidas en ambientes interiores pierden gran parte de su calcio esqueletal, mientras que las mantenidas al aire libre no lo pierden. Seis años después, en 1919, el científico alemán K. Huldschinsky realizó un experimento notablemente innovador, y curó el raquitismo de niños utilizando luz ultravioleta producida artificialmente. Dos años después, los investigadores Alfred F. Hess y L. F. Unger de Columbia University mostraron que con simplemente exponer niños raquíticos al sol, podían curarlos de la enfermedad.
Mientras tanto, en el campo de la nutrición, el médico inglés Sir Edward Mellanby, que aún veía alguna deficiencia dietética como la causa del raquitismo, decidió en 1918 experimentar con avena (porridge), alimento básico en Escocia, y alimentar a perros exclusivamente con avena. Sin darse cuenta, también mantuvo a los animales en espacios interiores durante el experimento, y por lo tanto les indujo el raquitismo. Cuando le curó la enfermedad a los perros dándoles aceite de hígado de bacalao, Mellanby naturalmente acreditó la cura a la recientemente identificada vitamina A del aceite.
Al enterarse de los experimentos de Mellanby, McCollum, quien se había mudado de Wisconsin a la Universidad Johns Hopkins de Baltimore, decidió llevarlos más adelante. En su propio trabajo de aislar la vitamina A, McCollum había encontrado que ciertos alimentos pueden contener más de una sustancia complementaria. Entonces diseñó una serie de experimentos ingeniosos para desarrollar los descubrimientos de Mellanby y descubrir qué más pudiera tener que ofrecer el aceite de hígado de bacalao. Empezó por calentar y airear el aceite para destruir su vitamina A. Como era de esperarse, el aceite así tratado dejó de curar la ceguera nocturna. Pero, para sorpresa de todos, continuó siendo eficaz contra el raquitismo. Aparentemente, el responsable era un nutrimento esencial desconocido. En la publicación de sus experimentos en 1922, McCollum siguió la designación de vitaminas en orden alfabético y, como recientemente se había nombrado a las vitaminas B y C, llamó al nuevo milagro, “vitamina D”.
Primero en la University of Wisconsin y después en Johns Hopkins University, Elmer V. McCollum realizó investigación fundamental que estableció la existencia del complejo vitamínico B, vitamina A y vitamina D. (The National Academy of Sciences)
Entonces, a principios de 1920 el mundo tenía aparentemente dos curas para el raquitismo: aceite de hígado de bacalao, e irradiación, o sea, exposición a luz solar o a luz ultravioleta. A pesar de esta promesa, la enfermedad continuó siendo difícil de controlar. Aunque los médicos sabían que la luz solar era esencial para los huesos de los jóvenes, las calles de las ciudades industriales seguían tan cargadas de humo y sin sol como siempre. Y no era fácil cambiar las costumbres dietéticas de la gente para que incluyan las dosis prescritas de aceite de hígado de bacalao.
Luego vinieron una serie de experimentos que fusionaron los experimentos de nutrición y los referentes a la irradiación, que ofrecieron una solución a esta parte crítica del misterio de la vitamina D, y que abrió el camino a una cura ampliamente disponible para el raquitismo. Durante el curso de extensa investigación de la nutrición, Harry Goldblatt y Katherine Soames, trabajando en Londres, descubrieron que cuando se daba de comer hígados de ratas irradiadas a otras ratas, ellos promovían el desarrollo, mientras que los hígados de ratas no irradiadas no lo promovían. A principios de 1920, dos equipos de científicos, H. Steenbock y A. Black, y Alfred Hess y Mildred Weinstock, siguieron esta trayectoria de la investigación, así como la información de Huldschinsky, y experimentaron más con el efecto de la luz ultravioleta sobre el alimento de las ratas.
Independientemente, los dos equipos de investigadores irradiaron piel pelada, así como otras sustancias alimenticias como aceites vegetales, yema de huevos, leche, lechuga o comida de ratas, y encontraron que la irradiación producía una sustancia que parecía funcionar contra el raquitismo tan bien como la vitamina D del aceite de hígado de bacalao. Las ratas que consumieron alimentos irradiados fueron protegidas contra el raquitismo, mientras que las que comieron alimentos o piel no irradiados no fueron protegidas. Reconociendo que la simple irradiación de ciertos alimentos habituales en la dieta de la mayoría de personas podría salvar a un gran número de niños de la enfermedad de los huesos, Steenbock patentó en 1924 el proceso de irradiación de alimentos utilizando luz ultravioleta, y donó toda futura ganancia para apoyar las investigaciones de la University of Wisconsin.
Hacia 1924, la parte práctica de la batalla contra el raquitismo ya se había ganado. En todos los Estados Unidos, los niños empezaron a consumir leche y pan irradiados y, casi de la noche a la mañana, el peligro inminente de una enfermedad epidémica se redujo a un evento histórico casi olvidado. Pero la marcha hacia la comprensión de la vitamina D estaba recién empezando, pues los científicos todavía no sabían casi nada sobre qué era, ni cómo funcionaba.
Continuó la búsqueda para encontrar en los alimentos y en la piel, la sustancia exacta que es activada por la irradiación ultravioleta. Varios equipos de investigadores, Steenbock y Black, de Wisconsin, Hess, Weinstock y F. Dorothy Helman de Columbia University; y O. Rosenheim, y T. A. Webster del National Institute for Medical Research de Londres, confirmaron que la sustancia se encuentra en grasas animales y vegetales. Además, comprobaron que se encuentra en la fracción de grasas que se sabe que contiene moléculas esterólicas. Los investigadores encontraron que el colesterol purificado (un importante esterol animal) y los fitoesteroles (esteroles vegetales), ninguno de los cuales tiene propiedades antirraquitistas, se convierten en antirraquitistas por medio de radiación ultravioleta.
Hasta esta fase, los científicos que investigan la vitamina D tenían que contentarse con caracterizar la elusiva sustancia sobre la base de sus efectos fisiológicos. Sin embargo, sucedió que el trabajo del químico orgánico Adolf Windaus en Göttingen, Alemania, produjo mecanismos químicos que finalmente ayudarían a determinar la identidad molecular de la vitamina D. A principios del siglo, Windaus había iniciado su estudio del colesterol y esteroles relacionados sobre los cuales prácticamente no se sabía nada en esa época. Desde un inicio, él pensaba que los esteroles, que existen en todas las células, se deben considerar como la sustancia madre de otros grupos de sustancias naturales, y estaba convencido de que la investigación de la estructura de estas moléculas rendiría resultados inesperados.
Hacia 1925, Windaus ya era reconocido como el más importante experto en esteroles, y Hess lo invitó a que viniera a Nueva York para trabajar en vitaminas antirraquíticas. En ese momento, Windaus también estaba colaborando con Rosenheim y Webster en Londres, y en 1927 ambos equipos, utilizando una serie de ingeniosas transformaciones y comparaciones químicas con compuestos conocidos, dedujeron que el ergosterol era la probable sustancia madre de la vitamina D en los alimentos. Allá en su propio laboratorio en Göttingen el año siguiente, Windaus aisló tres formas de la vitamina: dos derivadas de esteroles vegetales irradiados, a las que llamó D1 y D2, y una derivada de piel irradiada, a la que llamó D3. El equipo británico de F. A. Askew hizo seguimiento en 1931 definiendo con éxito la composición química de D2, la forma de vitamina D que se encuentra en alimentos irradiados (y que ahora se llama ergocalciferol), que se derivó de la molécula precursora ergosterol. Cinco años más tarde, en 1936, Windaus sintetizó la molécula 7-dehidrocolesterol y luego la convirtió por irradiación en vitamina D3, ahora conocida como colecalciferol. Aunque se asumió que la vitamina D era fotosintetizada en la forma 7-dehidrocolesterol de piel, la prueba final no surgió sino hasta más de tres décadas después. Un equipo de Wisconsin dirigido por R. P. Esvelt, y uno dirigido por Michael F. Holick de la Endocrine Unit del hospital Massachusetts General Hospital, demostraron independientemente que la vitamina D3 es en realidad producida en la piel por la irradiación.
Estos descubrimientos hicieron posible el sintetizar la vitamina en grandes cantidades. Sintetizar la vitamina cuesta una fracción de lo que cuesta irradiar alimentos y no arruina o cambia su sabor, como algunas veces lo hace la irradiación. La vitamina D sintetizada proporcionó la mejor arma a la campaña de salud pública para erradicar el raquitismo Windaus recibió el Premio Nobel de química en 1928 por su “investigación de la estructura de esteroles y su incumbencia con las vitaminas.”
Habiéndose controlado el raquitismo, los científicos ahora se dedicaron a descubrir cómo funciona la milagrosa desarrolladora de huesos. Por los siguientes cuarenta años, un número de equipos de investigación vigilaron la trayectoria metabólica de la vitamina D en el organismo. Uno de los descubrimientos iniciales enigmáticos fue que todos los subproductos metabólicos de la vitamina D parecían ser biológicamente inactivos. Entonces, ¿cómo es que la vitamina D desarrollaba los huesos y curaba el raquitismo?
Los científicos no tuvieron los mecanismos para rastrear este complicado proceso en los organismos vivos, hasta el adventicio (a mediados de los 1960), de nuevas técnicas que utilizan sustancias marcadas como radioactivas. Entre 1968 y 1971, los investigadores lograron progresar mucho en su comprensión del proceso metabólico de la vitamina D y su actividad fisiológica. En 1968, un equipo dirigido por Hector F. DeLuca de la Universidad de Wisconsin, aisló una sustancia activa identificada como 25-hidroxivitamina D3, la cual el equipo demostró más adelante, que era producida en el hígado. Durante los dos años siguientes, el equipo de Wisconsin, Anthony W. Norman y colegas de la University of California-Riverside, y E. Kodicek y co-trabajadores de Cambridge University en Inglaterra, reportaron independientemente la existencia de un segundo metabolito activo. Kodicek y David R. Fraser mostraron que este segundo metabolito es producido en el riñón. Finalmente, en 1971 los tres grupos de investigación publicaron documentos en los que reportaron la estructura química molecular de este metabolito, al que se le identificó como 1,25-dihidroxivitamina D3. Esto confirmó que el hígado cambia la vitamina D3 a 25-hidroxivitamina D3, la forma circulante principal de la vitamina. Luego, los riñones convierten la 25-hidroxivitamina D3 a 1,25-dihidroxivitamina D3, la forma activa de la vitamina.
El ciclo de la vitamina D. Tal como se ilustra aquí, los seres humanos pueden obtener una forma precursora (inactiva) de vitamina D de los alimentos, y también de la reacción fotosintética que ocurre cuando el 7-dehidrocolesterol de las células de la piel se expone a la luz ultravioleta. Este precursor inactivo va al hígado, donde se convierte en 25-hidroxivitamina D3, la forma circulante principal de la vitamina D3. A su vez, los riñones convierten esta forma intermedia de la vitamina, a 1,25-dihidroxivitamina D3, una hormona que no sólo controla el metabolismo del calcio aumentando la absorción del calcio intestinal y la movilización del calcio óseo, sino que también tiene muchos otros efectos en todo el organismo.
¿Cómo afecta todo esto a los depósitos de calcio para desarrollar huesos fuertes? Desde los años 50, los científicos han estado especulando sobre la implicancia de dos descubrimientos respecto a este asunto. A principios de esa década, el investigador sueco Arvid Carlsson hizo el sorprendente descubrimiento de que la vitamina D puede en realidad quitar calcio a los huesos cuando el organismo lo requiere. A aproximadamente el mismo tiempo, el bioquímico noruego R. Nicolaysen, quien había estado estudiando diferentes dietas de animales por muchos años, concluyó que la absorción de calcio de los alimentos es controlada por un “factor endógeno” desconocido que alerta al intestino de la necesidad de calcio por el cuerpo. Así empezaron a obtenerse respuestas a raíz de los experimentos de rastreo de la activación de la
vitamina D.

Un resultado importante de esos experimentos fue que la 1,25-dihidroxivitamina D3, la forma activa de la vitamina D, se reclasificó como una hormona que controla el metabolismo del calcio. Una hormona es una sustancia química producida por un organismo que luego es transportada por el flujo sanguíneo a un órgano objetivo, donde causa una actividad biológica específica. La evidencia para reclasificar la forma activa de la vitamina D provino de darse cuenta de que la 1,25-dihidroxivitamina D3 es producida por los riñones, y que en seguimiento a su secreción por los riñones se acumula en núcleos celulares del intestino, donde regula el metabolismo del calcio. En 1975, Mark R. Haussler de la University of Arizona confirmó el descubrimiento de una proteína receptora que enlaza el metabolito de la vitamina D activa al núcleo de células en el intestino.
Habiéndose así relacionado la vitamina D al intestino, los científicos estaban llegando a conocer el mecanismo de control del calcio. Los investigadores se dieron cuenta de que cuando se eleva el nivel de calcio en la dieta, disminuye la cantidad de la hormona de vitamina D en el cuerpo, y viceversa, un patrón de circuito repetitivo que señala a la hormona de vitamina D como el “factor endógeno” regulador del calcio mencionado por Nicolaysen. Muchos equipos de científicos, incluyendo los de University of Wisconsin y de Cambridge University, ahora se dedicaron a rastrear la relación de la hormona de vitamina D con el resto del sistema endocrino del organismo. Encontraron que una hormona producida por la glándula paratiroide es crítica para el mantenimiento de niveles adecuados de la hormona de vitamina D en la sangre. Cuando se necesita calcio, la glándula paratiroide envía la hormona paratiroide a los riñones, para que inicien la producción de hormona de vitamina D. Esa hormona, a su vez, provoca que los intestinos transfieran el calcio de los alimentos a la sangre. Cuando se toma muy poco calcio para apoyar las funciones normales, tanto la vitamina D como la hormona paratiroidal inician un proceso por el cual el calcio almacenado se quita de los huesos (lo que confirma el descubrimiento sueco de hace casi veinte años).
Es importante regular el nivel de calcio en la sangre. Cuando hay muy poco calcio en la sangre las células de tejidos suaves, especialmente las de nervios y de músculos, no funcionan y provocan al cuerpo en convulsiones. Cuando hay demasiado calcio en la sangre, los órganos se calcifican y eventualmente dejan de funcionar. Para los pacientes humanos que han perdido sus glándulas paratiroides o sus riñones y ya no pueden regular el nivel de calcio en la sangre, la nueva hormona de vitamina D sintetizada, administrada con abundante calcio, tiene un efecto excelente en la curación de convulsiones y enfermedades óseas crónicas.
Ya que se había determinado el papel de la absorción de calcio, los investigadores en los años 70 empezaron a estudiar en más detalle la vitamina D, y con resultados sorprendentes. Varios grupos encontraron la hormona de vitamina D en el núcleo de células que no eran parte del sistema clásico de almacenamiento de calcio incluyendo el cerebro, los linfocitos (las células blancas de la sangre que atacan a las infecciones), en la piel y en tejidos malignos. ¿Qué función tendría la vitamina D en esos lugares?
A principios de los años 80, el científico japonés Tatsuo Suda hizo el interesante descubrimiento de que el añadir la hormona a células malignas de leucemia incipiente, causaba que las células se diferencien, maduren y se detenga su crecimiento. Hasta el momento se encuentra que la cantidad de hormona de vitamina D necesaria para detener el crecimiento desbocado de tumores y cánceres, es demasiado tóxica para utilizarla en seres humanos, pero el descubrimiento de Suda sugiere que esta fascinante hormona juega más papeles que el de regular el nivel de calcio en el organismo. Este descubrimiento provocó el inicio de una nueva era en la investigación de la vitamina D.
A mediados de los años 80, un grupo de investigadores dirigidos por S. C. Manolagas descubrió que la hormona de vitamina D también parecía jugar un papel en la modulación del sistema inmune. En 1993, S. Yang y otros científicos en el laboratorio de DeLuca encontraron que fuertes dosis de la hormona de la vitamina D administrada a ratas, las protegen de la inflamación normalmente asociada a heridas y a irritantes químicos. Esta inesperada función inmunosupresora de la hormona de la vitamina D sugirió una nueva y amplia gama de posibilidades, incluyendo su utilización en el control de enfermedades autoinmunes.
Más desarrollado está el efecto de la hormona de la vitamina D sobre la psoriasis, un desorden desfigurante de la piel que afecta a unos 50 millones de personas en todo el mundo. Por razones que se desconocen, la psoriasis causa que las células de la piel se multipliquen incontrolablemente. Debido a que no se diferencian y desarrollan normalmente, las células de la piel se agrupan en antiestéticas erupciones, escamas y escaras. En los años 80, un equipo japonés de investigadores demostró que la 1,25-dihidroxivitamina D3 puede inhibir el crecimiento de las células de la piel. Un equipo de científicos de Boston University School of Medicine dirigido por Michael F. Holick, investigó más esta inhibición y razonó que se podría utilizar para el tratamiento de la psoriasis.
Los experimentos iniciales de Holick y sus co-trabajadores con la hormona de vitamina D han mostrado que la aplicación tópica de la hormona es extraordinariamente efectiva. Después de dos meses, las lesiones de 96.5 por ciento de pacientes tratados tópicamente con una preparación de calcitriol (hormona de vitamina D) mejoraron, sin efectos secundarios perceptibles, en comparación con 15.5 de controles tratados solamente con petróleo. En 1994, la Administración de Medicinas y Alimentos (FDA) de EE.UU. aprobó un tratamiento local para la psoriasis basado en la vitamina D, llamado calcipotriol.
  El descubrimiento de que la vitamina D está presente en los núcleos de células en muchos tejidos del cuerpo, ha llevado a los científicos a comenzar a explorar una variedad de nuevas aplicaciones, para revelar así los beneficios potenciales de esta anteriormente enigmática hormona.
Al ingresar al siglo veintiuno, reconocemos que la investigación científica básica llevada a cabo en los dos siglos anteriores, no sólo había desenmarañado la función de la elusiva hormona de vitamina D, sino que también nos ha proporcionado métodos para proteger la salud de adultos y de niños. Los investigadores están buscando nuevas aplicaciones para la vitamina D, pero su papel en el desarrollo y conservación de los huesos continúa siendo un problema importante de salud, especialmente para adultos de edad mediana y edad avanzada.
Esta cronología muestra la serie de investigaciones y eventos que condujeron al conocimiento de la vitamina D en sistemas biológicos, y al descubrimiento de algunas de sus aplicaciones médicas.
A mediados de los años 1600
Se describe el raquitismo por primera vez.

A principios de los 1900
Sir Frederick Gowland Hopkins demuestra que los alimentos integrales (a diferencia de las proteínas, grasas y carbohidratos purificados) contienen ciertos componentes desconocidos pero esenciales a la salud y el crecimiento.

1906
Christiaan Eijkman y Gerrit Grijns extraen el factor antineurítico de la cáscara de arroz, que más tarde mostró ser la vitamina B1.

1918
Sir Edward Mellanby indujo el raquitismo a perros, y luego les cura la enfermedad dando a los animales aceite de hígado de bacalao.

1919
K. Huldschinsky cura el raquitismo de niños utilizando luz ultravioleta producida artificialmente.

1922
Elmer V. McCollum destruye la vitamina A del aceite de hígado de bacalao y muestra que la sustancia antirraquítica no desaparece. Y nombra a la nueva sustancia reconocida, “vitamina D”.

A principios de los años 1920
Harry Goldblatt y Katherine Soames, H. Steenbock y A. Black, y Alfred Hess y Mildred Weinstock descubren independientemente que la irradiación de ciertos alimentos con luz ultravioleta los convierte en antirraquíticos.

1927
Adolf Windaus, O Rosenheim, y T. A. Webster deducen que el ergosterol es probablemente la sustancia madre de la vitamina D en los alimentos.

1931
F. A. Askew define la composición química de la forma de vitamina D encontrada en alimentos irradiados (ahora llamada ergocalciferol), derivada de la molécula precursora ergosterol.

1936
Windaus deduce la estructura química de la vitamina D3 producida en la piel (ahora conocida como colecalciferol), e identifica la estructura de su molécula madre, 7-dehidrocolesterol.

1968
Hector F. DeLuca y sus colegas aislan un metabolito activo de la vitamina D y lo identifican como 25-hidroxivitamina D3. Más adelante demuestran que la sustancia es producida en el hígado.

1968-1970
La existencia de un segundo metabolito activo producido por 25-hidroxivitamina D3 es reportada por Anthony W. Norman, Mark R. Haussler, y J. F. Myrtle; por E. Kodicek, D. E. M. Lawson, y P. W. Wilson; y por DeLuca y sus colegas.

1971
Tres grupos de investigación identifican la estructura químico-molecular de la forma final activa de la vitamina D como 1,25-dihidroxivitamina D3, que es después reclasificada como una hormona que controla el metabolismo del calcio.

1975
Haussler confirma el descubrimiento de una proteína receptora que enlaza el metabolito activo de la vitamina D al núcleo de células en el intestino.

En los años de 1970
Los investigadores descubren la relación de la vitamina D al sistema endocrino del cuerpo y a la regulación del calcio.

En los 1980
Un equipo japonés de investigación e, independientemente, Michael F. Holick y sus co-trabajadores, muestran que la hormona de vitamina D inhibe el crecimiento de las células de la piel. Holick y sus colegas demuestran que las aplicaciones tópicas de la hormona de la vitamina D son un tratamiento extremadamente eficaz para la psoriasis.

A mediados de los 1980
Los investigadores encuentran que la hormona de la vitamina D aparenta tomar parte en la modulación del sistema inmune.

1994
La Administración de Medicinas y Alimentos (FDA) de EE.UU. aprueba un tratamiento tópico local para la psoriasis basado en la vitamina D, llamado calcipotriol.

El artículo “El Enigma de la Vitamina D” (The Enigma of Vitamin D) fue escrito por las escritoras científicas Roberta Conlan y Elizabeth Sherman, con el apoyo de los doctores David R. Fraser, Mark R. Haussler, Michael F. Holick, Robert Neer, Anthony W. Norman, y Munro Peacock para Beyond Discoveryâ: The Path from Research to Human Benefit (Más allá del descubrimiento: El sendero de investigación hacia el beneficio de la humanidad), es un proyecto de la academia National Academy of Sciences.
La Academia, situada en Washington, D.C., es una sociedad de distinguidos letrados que toman parte en investigaciones de las ciencias y la ingeniería, y están dedicados a utilizar la ciencia y la tecnología para el bienestar público. La Academia ha proporcionado orientación científica independiente y objetiva al país por más de un siglo.
La financiación para este artículo fue proporcionada por la fundación Camille and Henry Dreyfus Foundation, y la National Academy of Sciences.
© 2000 U.S. National Academy of Sciences, octubre del 2000