Sunday, May 11, 2008

EL AGUA EMBOTELLADA: LA NUEVA OVEJA NEGRA


EL AGUA EMBOTELLADA: LA NUEVA OVEJA NEGRA

“No es necesariamente más segura que el agua del grifo”, afirmó el NRDC

AFP

Pese a su aire inocente, es la última oveja negra de los ecologistas estadounidenses: el agua embotellada, acusada de sumar inutilidad y contaminación es objeto de una encarnizada batalla en Estados Unidos.
Desde hace unos meses se han multiplicado los llamados para exhortar a los estadounidenses a abandonar el hábito de consumir agua embotellada y retomar la costumbre de beber agua del grifo.
“Este país dispone de uno de los mejores suministros de agua pública del mundo. En vez de consumir 15.000 millones de litros anuales de agua embotellada deberíamos comenzar a pensar lo que estas botellas hacen al suelo”, indicó un editorial del New York Times.
En la apertura de la “Semana Mundial del Agua” el lunes pasado en Estocolmo, los organizadores del congreso recordaban que cada día los norteamericanos consumen 400 litros en total, contra 10 litros de las personas pobres de los países en desarrollo.
Y los estadounidenses demandan cada vez más agua embotellada. Según la Beverage Marketing Corporation, el consumo aumentó 9,7% en 2006 para alcanzar casi $11.000 millones anuales.
Agua embotellada no significa agua mineral, pese a que los estadounidenses se niegan cada vez más a pagar sin tener clara la diferencia. A fines de Julio, Pepsi Co se vio forzado –bajo presión pública- a precisar en sus botellas de Aquafina que el agua provenía de hecho…del grifo.
Y es mineral o no, el agua embotellada cuesta caro. El New York Times estima que un año de consumo puede costar hasta $1.400, contra apenas 49 centavos en el caso de que se beba agua del grifo.
Sin embargo, “el agua embotellada no es necesariamente más limpia o más segura que el agua del grifo”, afirma, en base a un studio científico, el Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC), que sostiene que la reglamentación no alcanza para asegurar la pureza del agua embotellada.
Otro ángulo del ataque es el desperdicio de los envases: según Earth Policy Institute, se necesitan 1,5 millones de barriles de petróleo por año para fabricar las botellas consumidas por los estadounidenses.
Si a eso se le suma la energía necesaria para el transporte –el agua más codiciada proviene de Francia, Italia o las Islas Fiji- la carga ecológica aumenta fuertemente.
La campaña llega hasta los responsables politicos: el alcalde de San Francisco decidió dejar de comprar agua embotellada para sus funcionarios y la ciudad de Nueva York lanzó una vasta campaña publicitaria.
“Nuestro sector ha sido recientemente objetivo de críticas erróneas de parte de grupos de activistas y de algunos alcaldes que presentan como hechos informaciones erróneas”, aseguró la Asociación Iternacional del Agua Embotellada (IBWA).
La IBWA recuerda que el agua embotellada ha permitido que los estadounidenses pierdan el hábito del consumo de sodas y afirma que no debería ser el único objetivo en nombre de la defensa del medio ambiente.
“Si el debate se refiere al impacto de los envases plásticos, el agua embotellada es solo una pequeña porción de los productos envasados”, indicó Joseph Doss, presidente de la asociación.

Tomado del Planeta
Agosto de 2007

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